Atlético Cuyaya y Sportivo Rivadavia terminaron igualados sin abrir el marcador en un atractivo partido disputado ayer en el estadio La Tablada.
Con este resultado, Atlético El Talar que hoy jugará en La Quiaca frente a Gimnasia y Tiro de Yavi, anticipando su boleto a la próxima etapa del certamen organizado por el Consejo Federal.
En el choque de la víspera, el equipo más apremiado era Rivadavia y se aguardaba un mayor protagonismo, pero el “bandeño” jugó con su urgencia y eso incidió en el desarrollo del encuentro.
Hasta la media hora de juego, de fútbol hubo poco rescatable, pero a falta de calidad sobraron ganas en ambos equipos y entones, el trámite al menos estuvo entretenido.
Los dos se jugaban mucho en este duelo, tal vez por eso se cuidaron de no cometer errores que podrían costarle caro. En ese lapso, Cuyaya solo fue un poquito más que su rival.
En las dos acciones de peligro, el arquero Prelli se lució en sendas intervenciones negándole el festejo a Aldana y Gil, mientras su ruidosa hinchada se agarraba la cabeza. Con estas acciones terminó siendo el artífice del punto que se llevaron desde la capital jujeña.
Por el lado de Rivadavia, le costaba llegar limpio hasta que Alberto se metió hasta el fondo y mandó un remate rasante que todos dejaron pasar y Velázquez no alcanzó a poner su pierna desaprovechando así una chance clarísima.
Después todo fue confusión, falta de orden y pocas ideas en una tarde nublada e ideal pero ideal para la práctica del fútbol. La pelota anduvo pum para aquí, pum para allá sin destino fijo. A pesar que la torcida “bandeña” alentó sin descanso, su equipo no terminaba de aparecer aunque el empate tampoco dejaba de ser un buen negocio, porque mantenía la diferencia de tres unidades sobre el conjunto carmense.
El complemento fue otro partido, con un trámite de ida y vuelta, fue más vibrante y cada avance de un lado y del otro generaba inquietud. Se percibía olor a gol que es el perfume del fútbol, pero éste se hacía de rogar.
Avisó Catalano para el local pero salvó Chananpa. Entonces, Rivadavia se mandó a matar o morir como única fórmula para seguir respirando en el campeonato. Eliseo Velázquez se acomodó tanto que terminó rematando a las nubes y Alberto tampoco supo definir. Luego fue el turno de Cuyaya, con Espinosa que tocó de puntín y el balón se fue lamiendo el palo izquierdo.
Se moría el partido y los suspiros no terminaban, Quiroga no pudo para e “bandeño”; Soria remató sin convicción y Tastaca se comió un gol increíble tirando arriba, antes un cabezazo fue devuelto por el poste izquierdo, ambos para la visita.
Aunque el partido se estiró hasta los 50 minutos, el reparto de puntos fue la sentencia final del ardoroso partido.
Fuente El Tribuno
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