Río Grande y Rivadavia empataron en cero en un discreto partido disputado en La Mendieta, correspondiente a la primera fase final del Torneo del Interior 2011.
El negocio redondo terminó siendo para el equipo carmense, porque rescató un valioso empate de un reducto difícil.
Mientras que el “trapiche” azucarero se quedó masticando bronca, porque tuvo la cancha y la pelota a su favor aunque sin calidad, pero en tres ocasiones, los palos le negaron lo que hubiera sido justicia. Hasta los 28 minutos, el trámite pasó sin pena ni gloria, porque el fútbol estuvo ausente con aviso de carnaval. Hubo poco público de ambos lados, aunque más llamativo lo del dueño de casa. De la visita llegó un puñado de hinchas.
Con ese pobre marco de público, Rivadavia con varios jugadores de experiencia, dio a entender que llegó a La Mendieta con la premisa de no volverse con las manos vacías y poco se preocupó de atacar, sólo enmarañó la cancha y apostó a alguna contra salvadora que nunca pudo ser.
Mientras que Río Grande dispuso del terreno, pero careció de idas para entrar limpio a la zona de peligro, entonces todo se moría en tres cuartos.
De tanto ir sin prisa, pero sin pausa, a los 28’ Fernández sacó a todos de la modorra con un potente disparo que despintó el travesaño, picó en la línea pero la caprichosa pelota no quiso entrar, dejando a los pocos presentes con el festejo en la garganta.
Dos minutos después, el mismo Fernández, tras recibir un pase de Aramayo despachó un tiro con destino de gol, pero Prelli en arriesgada acción le dijo no. Cuando se moría la etapa, Ympa sirvió un centro y Aramayo, lanzándose palomita, cabeceó con toda su alma, pero el balón rebotó en el palo izquierdo y otra vez el festejo se hizo desear.
El complemento fue un calco del primer capítulo, el local dueño del terreno y la pelota no encontró la fórmula para vulnerar la valla del visitante y cuando la tuvo, los postes se opusieron.
Y si no habría que preguntarle a Fernández que a los 12’ despachó un misil que por esos caprichos, rebotó en un palo, recorrió la blanca línea de gol, rebotó en el otro poste y se fue afuera. Nadie podía creerlo.
Cerca de la media hora, el pescado seguía sin venderse, Río Grande sin orden fue y fue, pero... hasta que a los 33’ Urina (entró por Tolay) remató fuerte que se fue lamiendo el poste izquierdo.
Aunque el partido se estiró hasta los 49 minutos, la historia no se modificó, el local terminó con bronca y la visita se llevó un punto a El Carmen.
Fuente. El Tribuno
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