Con un sistema parecido al de su antecesor, pero con algunos cambios de nombres, Velarde puso en cancha un equipo que se paró con un sistema 1-3-4-1-2 y tácticamente sus dirigidos cumplieron con el objetivo. La “Villa” no pasó mayores sobresaltos pero al conjunto azulgrana le faltó peso ofensivo para poder marcar la diferencia. Un dato a tener en cuenta y que jugó en contra para ambos elencos fue el mal estado del campo de juego.
Una vez más, la gente de San Antonio dio la nota acompañando con alrededor de 700 hinchas a su equipo. La vuelta se jugará el próximo fin de semana y la confianza para seguir avanzando de fase está intacta.
Con la llegada de Miguel Velarde, la ilusión de que el equipo levante su producción futbolística mostrada en la etapa clasificatoria , estaba latente para este encuentro con el conjunto jujeño.
Si bien para San Antonio era una intriga lo que podía mostrar su rival en cancha, sabía de antemano que mucho iba depender de lo que podría hacer hoy como equipo.
Tácticamente el equipo salteño estuvo bien parado en la cancha. El arquero Peggini mostró su habitual seguridad aunque no fue tan exigido como en otros encuentros. La línea de tres presentó cambios de nombres y posiciones. Fue el debut del “Galgo” Leiva como líbero quien estuvo bien acompañando además por Trejo y Millares. Ambos como stoppers controlaron a los dos puntas que presentó el “Bicho Colorado”. Tanto Daniel Cardozo como Eliseo Velázquez se mostraron como dos jugadores rápidos y aguerridos pero no pudieron con la buena tarea de la defensa de San Antonio.
En la mitad de la cancha se repitió el doble cinco que venía jugando con Flavio Guanca y Luis Ramos. Los dos se encargaron de controlar la zona media y le ganaron el duelo a al solitario Nina.
Los carrileros en esta oportunidad fueron Javier Tapia y Matías Ramos, quienes alternaron buenas y malas y ambos tuvieron un duelo interesante con Soria y Paul Velásquez, respectivamente. Siguiendo con el análisis táctico tal vez la obligación de marca que tuvieron los carrileros entre sí hizo que por los costados se diera un juego más de lucha y por ello, en este sector del juego todo fue bastante parejo.
La responsabilidad de la creación recayó en Mauricio Haro a quien se lo vio bastante activo e inquieto pero fue tal vez el que más sufrió las condiciones del campo de juego. Poner la pelota al ras de piso como fue la intención de San Antonio se hizo difícil durante todo el encuentro. Finalmente arriba los delanteros fueron Jorge Chávez y Damián Monges. Sobre ellos hay que decir que siempre estuvieron en desventaja numérica porque Sportivo Rivadavia mantuvo siempre una defensa de cuatro hombres que se dedicó a reventar cualquier intento ofensivo del conjunto salteño. Dentro de esta tarea sobresalieron el trabajo de Bruno Solorza, capitán y líder de Sportivo Rivadavia y la buena labor de los laterales, Chanampa y Hurtado.
Con todo este panorama, el encuentro a medida que pasaban los minutos, fue bajando en su nivel. La pelota iba de un campo al otro y ambos intentaban sacar provecho de las pelotas paradas.
Ya en el complemento, se evidenció la mejor condición física de San Antonio por encima de su rival y esto hizo que prácticamente Peggini fuera un espectador de lujo en el segundo tiempo.
Pasaban los minutos y el partido se iba muriendo con un San Antonio que no podía poner más gente en ataque pero que dejó la sensación de estar más cerca que su rival, más allá de que no haya generado muchas chances claras para anotar.
El resultado hay que analizarlo como ventajoso para San Antonio ya que la revancha se jugará en un campo de juego distinto y con mejor piso (puede ser en Juventud, Libertad o la Liga) y allí es de esperar que San Antonio pueda sacar provecho de su mejor condición física y del buen pie de muchos de sus jugadores.
Fuente: arenga deportiva
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