En este tipo de instancias los partidos son analizados como de 180’ y es lo que hizo el “diablo rojo”, al hacer valer la victoria en el partido de ida por 3 a 1 a través de un planteo preciso y que se cumplió al pié de la letra.
El local tenía la urgencia de buscar el partido de entrada con un equipo ofensivo tratando de llegar a los goles que necesitaba.
Claro que enfrente Gorriti se paró bien atrás, poblando el mediocampo con jugadores de quite para cortar los circuitos futbolísticos del equipo tabacalero, buscando un ataque de contragolpe.
Pero aún así las jugadas eran para el local, a los 5’, Matorras cabeceó apenas afuera después de un corner de Villa. Un rato después Mendoza no pudo definir después de una serie de rebotes en el área.
A los 38’, Benci ejecutó un tiro libre desde el ataque izquierdo que dio en el poste y el rebote no pudo ser aprovechado por Matorras.
Un corner de Villa desde la izquierda que Espinoza quiso despejar en el primer palo y casi vence a su propio arquero.
En el segundo tiempo el trámite del partido no cambió demasiado. Siempre los tabacaleros buscando el arco contrario ante un visitante que marcaba en todos los sectores.
Pero a los 16’, después de una seguidillas de corners para Monterrico, Benci y Ortiz se agredieron mutuamente en el área y el árbitro expulsó a ambos. Claro que en esta ecuación el que salió perjudicado fue el local por que se quedaba sin su estratega de ataque.
A partir de allí costaba mas al local con intentos desde afuera del área de Villa, Mendoza y Martinengo. Pero a los 43’, Villa ingresó al área con pelota dominada siendo cruzado violentamente por el recién ingresado Peñaloza cometiéndole penal.
Un minuto después, Yánez ejecutó el mismo con tiro fuerte abajo a la izquierda de Guanuco, que se tiró al otro lado, era el 1 a 0.
Pero el tiempo se terminaba y la impotencia se notaba en los gritos de Aniceto Roldán.
Y llegó el final y la clasificación para el equipo capitalino que hizo méritos por haber pensado en 180 minutos, por haber hecho las cosas con orden, aprovechando la desesperación e impotencia del otro. Y la tarde fue roja en su totalidad.
Fuente. El Tribuno
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